Restaurante Fat Cat Raval. Brunch, street food & tapas en el Raval
- Nivel Yummy: ****/*****
- Precio: €€
- Dirección: Plaça de Salvador Seguí, 13, 08001 Barcelona
- Teléfono: 690 21 10 47
- Cómo llegar: L2 L3 Paralel·l – L3 Liceu
- Servicio: En restaurante
Hace unas semanas estuve haciendo de dominguero por el barrio del Raval. Celebraban un rastro o mercadillo de segunda mano y acompañé a una amiga interiorista a cotillear. Este mercadillo está situado en la Plaça de Salvador Seguí, donde celebraríamos un brunch en el restaurante Fat Cat Raval, para celebrar las compritas.
Fat Cat Raval es un pequeño local donde disfrutar de todo un abanico de posibilidades en el Raval, desde desayunos, brunch, vermuteo que te veo, almuerzo, etc. Y su nombre viene dado por la famosa estatua del gato de Botero situada en la Rambla del Raval. Osti tú, lo rápido que se llenó, menos mal que llegamos pronto y conseguimos sentarnos (posteriormente comenzó a llover y ya fue una locura conseguir silla (que no mesa).
Carta y Menú del restaurante Fat Cat Raval: Precios y Platos
Podríamos dividir la Carta del restaurante Fat Cat Raval en dos, una de brunch con todos los must have, y otra de tapeo y platos contundentes para almorzar. Dentro del brunch tenemos la categoría “con huevos”, sándwiches y tostadas, dulce, zumos y limonadas. En la de standard tenemos tapas, Street food, ensaladas, burgers, postres, etc. Todas las salsas, aliños, ahumados, tartas e incluso el pastrami, lo elaboran en Fat Cat Raval. Para que luego no se diga que no se puede hacer todo en casa.
Os dejamos la carta del restaurante Fat Cat Raval para cotillear cada una de sus propuestas:
Brunch en Fat Cat Raval, bueno, prácticamente almuerzo
Nos sentamos a la mesa, mi amiga pidió un café y yo pedí un Vermut, para gustos los colores. Nos sirvieron unas aceitunas aliñadas que estaban riquísimas, bonito detalle.
Comenzamos con unas Patatas bravas que llevaban su salsita brava con carne picada y también alioli. Brutales. Ardían como el infierno, hay que tener paciencia.
Continuamos con las croquetas.
Por un lado, las Croquetas caseras de jamón ibérico. En el caso de Fat Cat Raval, la palabra casera significa hecha en el restaurante, y no en bolsa Findus que ponga Croquetas Caseras. Las hacen ellos mismos, tienen una textura muy agradable y un toque a jamón saladete muy rico (perfecto para el vermut que me estaba bebiendo).
Por el otro, las Croquetas caseras de setas. Las que más me gustaron, pero básicamente porque las setas son mi pasión. Son muy cremosas y te recomiendo pedirlas, a veces nos dejamos influenciar demasiado cuando leemos “jamón”.
Al verlo en la carta no pude resistirme, Bao de carrillera de ternera. Desconozco si el pan del bao lo hacen en el restaurante o lo compran. Un bocado brutal, te recomiendo pedir dos, la carrillera estaba deliciosa.
Llegó el Benedict Salmón. Una locura americana de pan brioche, dos huevos a baja temperatura, salsa holandesa y su salmón marinado por ellos mismos. La salsa holandesa generosa por toda la tostada, ya solo con esto hubiera desayunado. Tienen otra opción con pastrami que también me llamó mucho la atención, pero no quise arriesgar en mi primera visita (prometo repetir y probarlo).
Continuamos con la Tortilla de patata y cebolla caramelizada. Aquí comentaros que pensaba que iba a ser un pincho de tortilla y no una tortilla entera. Madre mía cuando la vimos en la mesa, sabíamos que no íbamos a poder terminarla. Estaba bien cocinada por fuera y crudita por dentro. Perfecto para mojar pan.
Terminamos por todo lo alto con la Burger de buey con pan de brioche. Cocinada al punto, cumple con todos los requisitos de convertirse en un almuerzo completo. Llevaba lechuga, tomate, queso cheddar y estaba acompañada de unas patatas fritas recién hechas. Menos mal que todo era para compartir, sino hubiera sido una locura. Después de esta burger no pudimos pedir ningún postre.
Experiencia en el restaurante Fat Cat Raval, mucho más que un brunch
He de confesar que Fat Cat Raval es mucho más que un restaurante o bar, incluso más que unas tapas o un brunch, es un estilo de vida. Toda la fauna bohemia y moderna del Raval se da cita en este local, ya sea para dejarse ver o para pasar el domingo de la mejor manera posible. Digo yo que antes de arrancar otra semana rodando anuncios, fotografiando modelos, componiendo canciones o diseñando prendas de ropa alternativas.
Y no lo digo en broma, en nuestra mesa se sentó una productora de anuncios de televisión (por lo que escuchamos, que somos unos cotillas), un estilista y una fotógrafa. No dejaban de mirar como hacía fotos de los platos (también me dijeron que la luz era muy buena). Al lado teníamos a dos diseñadores (que me sonaban) y, en general, a gente con mucha personalidad. Un sitio cool al que volveré para disfrutar de su deliciosa propuesta, de su trato cercano y de su rollo ravalero. Descúbrelo antes de que se llene de turistas ¡Super Yummy!
Sumario del Artículo Gastronómico
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