A veces la realidad supera a la ficción. En este artículo he intentado ofrecer de forma resumida el increíble encuentro que tuvo Japón con España en el siglo XVII. La primera vez que los japoneses venían a España en misión diplomática (y territorio español de América) y, posiblemente, la primera vez que el ramen fue probado en España gracias a un Samurái. En el año 2014 se cumplieron 400 años de esta proeza totalmente documentada.
La historia de la Embajada de Keichô es exótica, tan exótica como la aparición de un guerrero samurái en la Sevilla del siglo XVII o un misionero español que llega a la ciudad japonesa de Sendái casi al mismo tiempo. Estos dos individuos, Hasekura Tsunenaga y Luis Sotelo, unieron fuerzas en un viaje de ida y vuelta que tuvo lugar hace exactamente cuatro siglos y que brindó la posibilidad de ser la primera vez que en España se probaba el ramen. Anteriormente esta embajada llevaba el nombre de Embajada de Hasekura Rokuemon Tsunenaga, se le cambió el nombre a Embajada de Keichô por haber tenido lugar en el año decimoctavo de la era japonesa del mismo nombre.
En 1613 (año 18 de la Era Keicho), el señor feudal Date Masamune (1567-1636) del señorío de Sendái, tras obtener el permiso de Tokugawa Ieyasu (shogun retirado, 1592-1616), decidió enviar una delegación a Europa (España y Roma) con el objetivo de solicitar el establecimiento de relaciones comerciales con Nueva España (México) y el envío de misioneros a Japón. La delegación fue parte de un programa de recuperación. Sendái necesitaba recuperarse del terremoto que asoló el área en 1611. Formar parte de la ruta comercial española fue clave para eso.
La Embajada Keicho-Hasekura enviada a Felipe III constituye una de las más antiguas vinculaciones diplomáticas de Japón con Occidente: una misión anterior fue enviada al también Rey español Felipe II en las postrimerías del siglo XVI. Durante una centuria, entre 1540 y 1630 aproximadamente, las relaciones entre las dos potencias ibéricas, España y Portugal, y Japón, fueron además de intensas las primeras mantenidas por el país oriental con Occidente.
Esa antigua y fructífera relación (hasta el voluntario aislamiento nipón a partir del segundo tercio del siglo XVII) no quedó restringida a la dimensión evangelizadora sino que se extendió a múltiples facetas técnicas, culturales, idiomáticas, comerciales y hasta gastronómicas. El último punto es el que más nos interesa si nos centramos en el ramen
La imagen de abajo muestra el Monumento a Hasekura Tsunenaga en el paseo de Carlos de Mesa de Coria del Río (Sevilla). Réplica de la que se encuentra en la localidad japonesa de Sendái. También hay una réplica en la Plaza Japón de Acapulco, México.



La Embajada de Keichô, el legado samurái que llegó a España
Los españoles comenzaron los viajes a través del Océano Pacífico entre Nueva España (actual México) y China, a través de su base territorial en Filipinas, siguiendo los viajes de Andrés de Urdaneta en el siglo XVI. Manila se convertiría en la base principal de la región asiática en 1571.
España estableció contactos con Japón, por un interés comercial con esa nación tan poblada y también en razón a que las naves españolas naufragaban periódicamente en las costas japonesas a causa del mal tiempo local. Los españoles además deseaban expandir la fe cristiana en Japón, pero los portugueses y los holandeses querían hacerse con el comercio japonés dejando fuera a los españoles, sin embargo se encontraron con una gran resistencia por parte de los jesuitas, que empezaron la evangelización del país en 1549.
En 1609, el galeón español San Francisco, debido a una tormenta, naufragó en la costa japonesa de Chiba, cerca de Tokio, mientras navegaba de Manila a Acapulco. Los marinos fueron rescatados y atendidos, y el capitán de la nave, Rodrigo de Vivero, se reunió con Tokugawa Ieyasu. El 29 de noviembre del mismo año se firmó un tratado, en el que se autorizaba a los españoles a establecer una fábrica al estilo europeo en el Este de Japón, podrían trasladar a especialistas en minería desde Nueva España, se permitiría a las naves españoles visitar Japón en caso de necesidad, y se enviaría una misión diplomática japonesa a la Corte Española.



Un monje franciscano llamado Luis Sotelo, que realizaba conversiones religiosas en el área de Tokio, convenció al shōgun para que fuera enviado como embajador a Nueva España. Sotelo viajó con los marinos españoles del San Francisco y 22 japoneses a bordo del San Buena Ventura, un barco hecho por el aventurero inglés William Adams para el shōgun. En Nueva España, Sotelo conversó con el Virrey Luis de Velasco, quien aceptó enviar un embajador a Japón en la persona del famoso explorador Sebastián Vizcaíno, con la misión anexa de reconocer las Islas del Oro y de la Plata que, según se creía, estaban al este de las islas japonesas.
Vizcaíno llegó a Japón en 1611, y tuvo varios encuentros con el Shōgun y con los señores feudales. Estos contactos fueron empañados por el desconocimiento y poco respeto que mostró Vizcaíno hacia las estrictas costumbres japonesas, además de la fuerte resistencia de este pueblo contra las conversiones católicas y de las intrigas de los holandeses en torno a las ambiciones españolas. Vizcaíno finalmente partió en busca de la Isla de la Plata. Sin embargo, debió interrumpir su tarea por causa del mal tiempo, que lo forzó a regresar a Japón con severos daños.
El Shōgun decidió construir un galeón en Japón para permitir el regreso de Vizcaíno a Nueva España junto con una misión japonesa. El daimyō de Sendai, Date Masamune, se encargó del proyecto. Llamó a uno de sus servidores, Hasekura Tsunenaga, a liderar la misión. El galeón, llamado Date Maru por los japoneses y, posteriormente, San Juan Bautista por los españoles, tomó 45 días en ser construido, y contó con la participación de expertos técnicos del Bakufu, 800 constructores navales, 700 herreros y 3.000 carpinteros.
Esta misión, conocida como “Embajada Keicho”, fue encabezada por dicho Samurái, Hasekura Tsunenaga (1570-1621), y el fraile franciscano español Luis Sotelo. El samurái fue bautizado más tarde en España como Felipe Francisco de Faxicura. Poco se sabe de su juventud, exceptuando el hecho de que fue un samurái veterano de las invasiones japonesas a Corea bajo el taiko Toyotomi Hideyoshi entre 1592 y 1597.
Después de terminado, el galeón partió el 28 de octubre de 1613, hacia Acapulco, México, con 180 personas a bordo, incluyendo diez samurái del shōgun (enviados por el Ministro de la Marina, Mukai Shōgen), doce samurái de Sendai, 120 comerciantes, marinos y sirvientes japoneses y alrededor de cuarenta españoles y portugueses.



El galeón llegó a Acapulco el 25 de enero de 1614 después de tres meses en el océano, y fue recibida con una gran ceremonia. La misión diplomática permaneció un tiempo en México, y luego fueron a Veracruz a abordar la flota de Don Antonio de Oquendo en la nave San José el 10 de junio del mismo año. Hasekura dejó gran parte de la misión japonesa en Acapulco para aguardar el regreso de la misión.
El séquito nipón pasó una larga estancia en México, la Nueva España, para, tras cruzar las montañas y desiertos de ese país, embarcarse hacia la vieja no sin antes hacer escala en la gran antilla de Cuba.
Habiendo zarpado inicialmente de Sendai en octubre de 1613 a bordo de un galeón de diseño y tecnología españoles con destino final a Europa, la misión llegó a España finalmente el 5 octubre de 1614 siendo Sanlúcar de Barrameda la primera localidad en ver a la expedición después de atravesar el Océano Pacífico y el Océano Atlántico, y se detuvo en la localidad de Coria del río.



La expedición luego navegó por el Guadalquivir hasta uno de los puertos más importantes, Sevilla. Las autoridades de la ciudad estuvieron disponibles para recibirlos con honores ¿Te imaginas la cara de la gente de Sevilla al ver a japoneses por primera vez?
Posteriormente Hasekura Tsunenaga se trasladó a Madrid y fue recibido en audiencia por el monarca Felipe III en enero de 1615. Hasekura recibió el bautismo en Madrid y visitó al Pontifice Paulo V en Roma. Después de quedarse cierto tiempo en Coria del Río, Sevilla, regresó al Japón en 1620. Su viaje duró siete años.



La primera expedición diplomática de Japón a España: el trigo y el pan como alimento básico en la España del siglo XVII
La Embajada Keicho fue la primera delegación diplomática de carácter oficial enviada por Japón a España y Roma, y ha pasado a la historia por ser un importante acontecimiento en las relaciones bilaterales hispano-japonesas.
Son muchos los indicios de que los fideos soba, un primo hermano del ramen hecho con otro cereal, comenzaban a introducirse en los templos y la administración pública japonesa y, especialmente durante la época Edo que arrancó en el año 1603 (unos 30 años antes de la expedición), los fideos soba comenzaron a popularizarse como un snack para almorzar que se vendía en los templos.
Eso hizo que muchos clérigos y oficiales administrativos cuestionaran si eran saludables. El monje Shõõin tomó la decisión extrema de prohibir su venta en los templos aludiendo que no se debía vender tal cosa (eso lo carga el diablo). Por tanto, ya era algo extendido en cierta parte de la población pudiente como los samuráis y el funcionariado. Más tarde se les retiró el veto impuesto.
¿La Primera vez que se probó el Ramen en España? Posiblemente.
Es muy probable que para la travesía que arrancó en Sendái (Japón) a España, contaran con fideos soba (no bien bien ramen) en sus bodegas para alimentarse y, tal vez, al llegar a España compartieran los mismos o su receta con los locales de la época ¿Sería la primera vez en España en probar los soba o los fideos ramen?
En la obra artística de abajo se puede ver a mujeres japonesas haciendo pícnic en un campo a las afueras de Tokio en el siglo XVIII, tan solo unas décadas después de la visita del samurái a España. Las mujeres fuman tabaco mientras esperan fideos soba, una mujer trae un hervidor de agua y bandeja de fideos soba para preparar el caldo con fideos.



Según explican diferentes historiadores y expertos en la materia (Rafael Ansón y Cristino Álvarez, entre otros, en un programa de TVE), los tres elementos claves de la dieta del Siglo de Oro eran el trigo, el olivo y la vid.
El trigo era fácil encontrarlo en Sevilla por lo que los japoneses lo tendrían fácil para poder elaborar los fideos en aquella época que por aquél entonces, el pan y sus derivados, como las migas o las gachas (de la harina de trigo en su caso) eran el alimento más extendido. El intercambio gastronómico fue uno de los puntos culturales que se trasmitieron durante su llegada y expedición.
El pan en la España del siglo XVII, habitualmente de trigo y centeno, se sabe que era elaborado en todo el reino. Incluso se sabe que en algunas ocasiones se elaboraba con hierbas que resultaban ser alucinógenas, con el consiguiente perjuicio, que normalmente no se atribuía a esta ingesta. Por ello, tal vez los japoneses pudieron consumir tanto pan y sus derivados como los fideos de harina de trigo (ramen) preparados por ellos en lugar de los soba elaborados con otro tipo de harina.
En el territorio andaluz y en aquella época, los cereales ocupaban la mayor parte del terrazgo cultivado y el primer puesto en volumen de producción. A ellos se dedicaban entre la mitad y las tres cuartas partes de las zonas de regadío (Coria del Río está en el Guadalquivir), así como la práctica totalidad del secano, ocupando todas las campiñas y tierras llanas de la región. La materia prima, la harina de trigo, era fácil encontrarla, los japoneses sabían la receta y conocían como prepararla y, por tanto, previsiblemente compartieron sus conocimientos y prepararon ramen por primera vez en España.
En la imagen de abajo podemos ver una Ukiyo-e titulada: Asakusa Keidai Ningyo no Zu Nidai Kunisada del siglo XVII (el momento de la expedición). Ukiyo-e es una forma popular de pintura japonesa que saltó a la fama por primera vez en el siglo XVII. Era un medio que representaba una variedad de escenas desde estilos de vida ricos y nobles hasta la vida cotidiana mundana y era un medio muy querido por la gente común. En las obras de ukiyo-e, puedes echar un vistazo a cómo era la vida japonesa real y ser testigo de lo que comía la gente de esa época. Algunas delicias culinarias favoritas de ‘Edo’ (el nombre antiguo de Tokio) incluían sake, sakana (bocadillos para beber) y, por supuesto, el foco de este artículo, los fideos soba.



Los vendedores ambulantes de sopa de fideos soba de la época fueron algunos de los catalizadores clave para el crecimiento y la propagación de laos fideos soba en Edo. Cuando los restaurantes en Tokio cerraban por negocios, los vendedores satisfacían los antojos nocturnos de la población de la ciudad. En lugar de tener una ubicación permanente, los vendedores utilizaron puestos portátiles que podría llevar una sola persona.
El plato más famoso que se podría decir que nació en la época Edo y se crió en Tokio son los fideos soba. En ese momento, la gente comía soba (trigo sarraceno) en forma de bolas de masa o mezclada con arroz glutinoso para hacer tortas de arroz. A través de varias innovaciones para que sea más fácil de comer, se transformó en soba en rodajas, la forma de los fideos modernos.La preparación de fideos con una mezcla de 80% de trigo sarraceno con un relleno de 20% de trigo hace que los fideos sean resistentes y fáciles de sorber y comenzar de los artesanos y residentes de Edo, esta mezcla se hizo tan popular que los comerciantes y las familias samuráis la enviaban a sus hogares.
Este punto es importante, ya que nos asegura que los fideos soba acompañaron al samurái de la expedición a España. Los fideos soba se convirtieron en una parte cotidiana de la vida de los inquietos residentes de Edo y ha sido muy querido como amuleto de la buena suerte. Por tanto, llevarían en la bodega del galeón que les trajo a España para ofrecerles buen viaje y suerte con la misión.
Aunque ya lo he mencionado, quisiera aclarar que la diferencia de los fideos soba respecto a los fideos del ramen. Los soba se elaboran con harina de trigo sarraceno (alforfón) en vez de harina de trigo (ramen), por lo que los soba, que estaban generalizados en el Japón de la época, se podrían haber elaborado con harina de trigo al ser más fácil encontrar este tipo de harina, y, por tanto, era ramen y no soba. Aunque el alforfón también estaba disponible en la España de la época.
Esta teoría se basa, como hemos visto, en que los Japoneses ya sabían preparar soba, llegaron a Sevilla donde había harina de trigo (y no sarraceno, que serían soba), estuvieron bastante tiempo por España y, como suele pasar, uno tira de la comida que conoce y sabe preparar con los ingredientes y alimentos que están disponibles.
La repercusión actual de la primera expedición de Japón a España
El príncipe heredero de Japón, Naruhito, visitó en 2013 la localidad de Coria del Río para conmemorar el acontecimiento de los 400 años de la expedición, donde aún quedan restos de una aventura que comenzó en octubre de 1613. Alrededor de 600 residentes comparten el mismo apellido, Japón, y algunos historiadores creen que son descendientes de ese primer grupo de aventureros asiáticos.
El apellido Japón provenía de una anécdota de lo más sencilla: cuando aquellos japoneses instalados en Coria del Río comenzaron a tener relación con las mujeres del pueblo, a formar familias y a tener hijos, el cura de turno se sintió incapaz de pronunciar sus exóticos apellidos. ¿La solución más simple? Ponerles Japón y listo. Problema resuelto.



La expedición japonesa no soló visitó Sevilla o Madrid, sino también Cataluña. Entre las localidades donde pararon se encuentran Lleida, Igualada y, por supuesto, Barcelona, antes de zarpar hacia Roma, tal y como hemos mostrado en el mapa un poco más arriba.
Al parecer, y a pesar de la importancia de aquella expedición para su propia historia nacional, los japoneses no tuvieron constancia de ello hasta el año 1989, cuando con motivo de la conmemoración del nacimiento de Sendái como ciudad se iniciaron nuevas investigaciones sobre sus orígenes y aparecieron unos escritos donde se mencionaba al fiel samurái Hasekura Tsunenaga y su gran labor dirigiendo la expedición “Keicho”.
A partir de ahí la ciudad japonesa y Coria del Río comenzaron una relación que se formalizó en 1991 con el hermanamiento entre ambas localidades, sellándolo con la instalación de esta estatua del samurái en el parque Carlos de Mesa, junto al río Guadalquivir. En el ayuntamiento de la localidad no solo figura la bandera del pueblo, comunidad autónoma, etc. sino también la de Japón.
El alcalde de Coria del Río de entonces, Modesto González, señalaba «Esta estancia y los japoneses que se quedaron por esta tierras son el origen de la herencia nipona de nuestro pueblo, que después de cuatro siglos, sigue más viva que nunca en la sangre japonesa que corren por las venas de los corianos y corianas descendientes de aquellos y que se apellidan Japón».



En octubre de 1996 el embajador japonés en España nombraba simbólicamente embajadores honorarios de Japón en España a las personas apellidadas Japón. El “legado Hasekura” comenzaba a ser recuperado. Si los japoneses se quedaron en España, como se presume, es muy probable que elaborasen soba o ramen, un plato muy común en su época (aunque acompañado de verduras y pescado por lo general. También estuvieron o residieron en otras localidades como la andaluza Espartinas.
Hay varios documentos que testifican la estancia de esta Embajada, con el embajador Hasekura a la cabeza, en la localidad espartinera, y más concretamente en la Hacienda Mejina y el Santuario de Loreto, donde sus monjes acogieron a estos japoneses. Actualmente se está elaborando un estudio que verá pronto la luz, sobre la estancia de la embajada Keicho en Espartinas, y ello está suscitando un gran interés entre los medios de comunicación del país japonés. En este sentido, han sido varios los medios que se han trasladado hasta el Santuario de Loreto, siguiendo los pasos de Hasekura durante “El año de Japón en España”, para conmemorar los 400 años.
Seguiré indagando en este tema ya que me parece apasionante, pero muy probablemente, sea la primera vez que se probó el ramen en España y flipamos con este delicioso caldo japonés con fideos. Todo esto son conjeturas, pero la visita se produjo y el intercambio cultural gastronómico fue evidente. Quisiera agradecer a la Embajada del Japón en España por parte de la información, la revista Traveller, al mexicano Eduardo Vazquez y al diario ABC Sevilla, y al diario El País en su versión en inglés.
Descubre mucho más sobre la historia y origen del ramen en nuestro reportaje especial, haz clic en el enlace.
Sumario del Artículo Gastronómico
Quisiera agradecer todo el trabajo que haces, es espeta cular leer un artículo como este con tanta información y detalle. Realmente le pones mucho cariño a lo que haces y se nota. Mi enhorabuena.
Muchas gracias Felipe por tus palabras 🙂