Restaurante del Parador de Tortosa, propuesta gastronómica en el Castillo de la Suda
- Nivel Yummy: *** / *****
- Precio: €€
- Dirección: Castillo de la Zuda, s/n, 43500 Tortosa, Tarragona
- Cómo Llegar: En coche o Renfe
- Teléfono: 977 44 44 50
- Servicio: En restaurante
Durante un viaje que hice por las Terres de l’Ebre, tuve ocasión de visitar la comarca del Baix Ebre y dormir y cenar en el Restaurante del Parador de Tortosa.



Está situado en el impresionante Castillo de la Suda, mira a la ciudad desde lo alto, en un entorno que aúna la belleza monumental con los atractivos de los diferentes enclaves naturales que lo rodean.



En el hotel no pudimos disfrutar de piscina de temporada, pero si de su acogedor comedor con ventanales góticos, cómodas habitaciones y magníficas vistas a la ribera del Ebro en su tramo final.



El Parador de Tortosa está certificado por la Agencia Catalana de Turismo y la Federación Española de Familias Numerosas como destino de turismo familiar. En la imagen de abajo mi habitación.



Desde mi habitación se veía la piscina del parador, que no pude disfrutarla por falta de tiempo. Pero tenía muy buena pinta, sobre todo para la temporada veraniega.
Tortosa es sede episcopal y constituye un importante centro agrícola, comercial e industrial. Para poder impregnarnos bien de la historia de esta ciudad, iniciaremos la visita en el Castillo de la Suda.
En Tortosa descubrirás una ciudad con encanto especial, la bella Catedral de Santa María, el Barrio Judío, los Jardines del Príncipe con escultura al aire libre del escultor Santiago de Santiago, o los Colegios Reales, forman parte de los preciosos rincones que ofrece. Una ruta a pie o en bici por las murallas y fortificaciones, empezando en el Parador y pasando por las Avanzadas de San Juan, el Paseo de Ronda, la Plaza de la Cinta o el antiguo puente del tren que da inicio a la Vía Verde, supone una magnífica opción para descubrir Tortosa.
La Catedral es parada obligatoria en la visita a Tortosa y uno de sus monumentos más destacados. De interior gótico y fachada barroca, se calcula que su construcción duró 412 años. En el interior de la Catedral es muy recomendable visitar la exposición permanente, con una muestra de arte de nueve siglos e importantes códices y documentos históricos, así como la sillería del coro del siglo XVI. El obispado de Tortosa abastece no sólo a las cuatro comarcas de las Tierras del Ebro, sino que se adentra, por razones históricas, en las provincias de Tarragona, Castellón y Teruel.



Tuve ocasión de hacer una ruta turística con una guía que nos explicó muy bien los secretos de esta ciudad. En Tortosa descubrirás una ciudad con encanto especial, la bella Catedral de Santa María, el Barrio Judío, los Jardines del Príncipe con escultura al aire libre del escultor Santiago de Santiago, o los Colegios Reales, forman parte de los preciosos rincones que ofrece. Una ruta a pie o en bici por las murallas y fortificaciones, empezando en el Parador y pasando por las Avanzadas de San Juan, el Paseo de Ronda, la Plaza de la Cinta o el antiguo puente del tren que da inicio a la Vía Verde, supone una magnífica opción para descubrir Tortosa.



Después del pequeño tour fuimos a visitar el Mercado Municipal de Tortosa para conocer sus productos locales y comprar cosas ricas. Desde la Edad Media podemos contemplar este edificio que se alza sobre el puerto fluvial en terrenos ganados al Ebro. Situado entre el río y la actual avenida de la Generalitat, este edificio en apariencia elemental y que fue construido entre 1884 y 1887, es uno de los más emblemáticos de la ciudad.



A partir del proyecto de Joan Abril, su ejecución final y la solución técnica de la estructura de la cubierta correspondrán a Joan Torras i Guardiola, el “Eiffel catalán”. Su promotor fue el Banco de Tortosa. Este edificio romperá con el prototipo de mercado de tres naves pues se estructura en una única nave rectangular con una simetría absoluta respecto a sus dos ejes. Presenta una cubierta a dos vertientes con una entrada a cada lado, siendo las principales las correspondientes a los lados cortos.
También hicimos un brunch donde nos ofrecieron vinos D.O. Terra Alta, un plato típico de anguila ahumada en formato salpicón, también buñuelos de bacalao, mojama (una salazón de atún) y gildas (banderillas). Nos explicaron que el bacalao es muy típico de la región y nos obsequiaron con un aceite de la comarca. También probamos la Anguila ahumada del Delta a modo de salpicón.
Al terminar fuimos a probar un Licor de crema de arroz se llamaba Segadors del Delta. Un exquisito licor con una textura y sabor únicos. Fruto de más de 150 años de tradición y de los mejores arroces cultivados por más de 5 generaciones de arroceros en el Parque Natural del Delta del Ebro. Para acompañarlo unas empanadillas rellenas de cabello de ángel y de queso de cabra. Todo riquísimo. En las imágenes de abajo podéis verlas.
Más de dos mil años de historia conforman el patrimonio de Tortosa, ciudad declarada Conjunto Histórico-Artístico. Asentada al paso del río Ebro, ya próximo a la desembocadura y al principio del delta, Tortosa goza del clima y el encanto mediterráneo.
Tortosa es la ciudad del Renacimiento catalán. Fundados por Carlos V para la educación de los moriscos, los Reales Colegios son la joya de la ciudad y la pieza más importante y destacada del estilo renacentista en Cataluña. Este conjunto arquitectónico está formado por tres edificios: el Colegio de San Jaime y San Matías (actual sede del Archivo Comarcal del Baix Ebre), el Colegio de San Jorge y Santo Domingo (que alberga la Escuela Oficial de Idiomas) y la iglesia de Santo Domingo (hoy reconvertida en Centro de Interpretación del Renacimiento). El patio del Colegio de San Jaime y San Matías, considerado único en Cataluña, tiene representados los bustos de los reyes de la Corona de Aragón, desde Ramón Berenguer IV hasta Felipe IV. Imprescindible.
Sus calles, el patrimonio histórico y artístico, los paisajes que regala la vega del Ebro, y también su gente, la gastronomía y las fiestas, hacen que la ciudad sea única. Si te acercas a Tortosa durante la segunda quincena de julio vivirás la fiesta del Renacimiento, en la que participan miles de ciudadanos vestidos de época y se suceden espectáculos diarios por las calles, transportándote a la Tortosa de hace más de quinientos años.
El Restaurante del Parador de Tortosa
En un entorno donde confluye la belleza de la monumental ciudad con los atractivos de los diferentes enclaves naturales que la rodean, podemos disfrutar de suculentos arroces, anguila en suc, suquet de peix y pastisets de Tortosa.



La cocina de la zona combina sabiamente productos de la huerta, del Delta del Ebro, la montaña y el mar, y en nuestra repostería descubrirás sabores de las culturas árabe, judía y cristiana. A cargo de la propuesta gastronómica del Parador de Tortosa está el chef Francisco González y le acompaña el Maître Josep María Serret.



El producto más típico de Tortosa es el arroz que se cultiva en el Delta del Ebro, y es uno de los productos estrella de nuestra oferta gastronómica. El río y su valle, las montañas del Montcaro, el casco antiguo de la ciudad y las vistas desde las murallas, forman parte del entorno que nos acompaña durante nuestra cena en el Parador de Tortosa.



Menú y Cena en el Parador de Tortosa
No teníamos mucha hambre, pero os dejo algunos de los platos que pudimos disfrutar gracias a un menú cerrado que no representa correctamente la cocina del Parador de Tortosa, no obstante todo fue correcto. A pesar del trato un poco extraño del personal del restaurante del Parador de Tortosa. En repetidas ocasiones nos prohibieron hacer fotos, no entiendo bien. Estaba prohibido fotografiar al personal y a los comensales. Es la primera vez que me pasa algo así. El comedor era precioso, es normal que la gente quiera hacer fotos de recuerdo.
Vinos de nuestra cena, Merian Garnacha blanca D.O. Terra Alta (de la zona, un plus poder disfrutar de estos vinos) de la Bodega Cellers Tarroné.
Ni idea de qué vino era este jajaja lo lamento, en la foto no se puede ver le nombre. Y no tomé nota del mismo, pero creo que también era de la región, un DO Terra Alta.
A modo de entrantes ofrecieron embutidos catalanes variados acompañados de pan con tomate y aceite. Me encantó encontrarme con catalana, hacía tiempo que no la disfrutaba. Recuerdos de infancia al momento.
También una escalivada con anchoas, muy refrescante. Aunque no fue el plato que yo tuve ocasión de disfrutar.
Y Mejillones del Delta del Ebro, bueno, no tengo confirmado que sean del Delta, pero quiero creer que si. Este fue mi plato de entrante escogido para el menú cerrado de grupo.
Como principal único había Corvina con guarnición de menestra, teníamos un menú cerrado para grupos especial en nuestro caso. La menestra me dio la impresión de que era congelada. La corvina llevaba sésamo rebozado en la piel, innecesario creo yo.
Terminamos con una crema catalana.
Experiencia en el Parador de Tortosa y su Restaurante
Si bien no repetiría, la cena en el restaurante del Parador de Tortosa fue correcta. El servicio fue lo suficientemente atento para indicarnos que no hiciéramos fotos, y sirvieron rápido el menú ya preparado y cerrado. Teniendo en cuenta que el comedor estaba lleno de personas.
Os animo a disfrutar de este Parador que tiene mucho que ofrecer y de la ciudad de Tortosa. Si podéis, escaparos a su mercado y comed por ahí. En la imagen de abajo tenéis el desayuno que disfruté, en formato bufé libre.



Seguro que disfrutáis con sus productos locales, que son de primera ¡Super Yummy!
Sumario del Artículo Gastronómico
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