Visita gastronómica a Sète, sur de Francia: Les Halles de Sète, Restaurant The Marcel y mucho más
[ Ruta Gastronómica por el Sur de Francia ]
Madrugo lo suficiente para llegar puntual a la Estación de Sants de Barcelona y coger el TGV de Renfe-SNCF con destino a Sète. Tres horas después llego puntual a mi parada después de conversaciones animadas y ponerme al día con mi amigo Albert. Sète solo se puede visitar en tren durante la temporada de verano así que todavía tienes tiempo de preparar tu viaje. ¡Toma nota!
Sète es una pequeña localidad costera en el sur de Francia, una impresionante perla desconocida que merece la pena descubrir. Su gente es simpática, abierta y amable. Tal y como hemos ido contando en nuestra ruta gastronómica por el sur de Francia, Sète se parece a la vez que es totalmente diferente de las ciudades vecinas. Tiene un carácter propio influenciado por el mar y sus tradiciones de siglos atrás. No se puede comparar con ninguna otra localidad cercana, es única.
Sète es una ciudad rodeada de agua y cuyo centro está cruzado por varios canales navegables en barco y diferentes puentes para los peatones y vehículos. Sète te sorprende en cada avenida y en cada canal navegable. Sus diferentes puentes te permitirán pasar de un extremo a otro de la ciudad fácilmente, no sin antes hacer un par de fotos de las vistas que ofrecen por encima del agua. En Sète termina el conocido canal du midi que nace en Toulouse, si quieres saber más te invitamos a leer nuestro artículo sobre Bèziers donde lo explicamos.
Al llegar a la estación de tren de Sète nos recogió un “tuk tuk”, un medio de transporte turístico que permite ver toda la ciudad fácilmente sin agotarse. Recomendamos contratarlo por su funcionalidad y las explicaciones que te ofrece el conductor, la ciudad parece pequeña pero tiene mucho que recorrer. Lleva gorra, protector solar y no hace falta que te peines mucho.
Rápidamente nos adentramos en una ciudad con arquitectura majestuosa y puramente francesa. Pequeños trozos de París y Montpellier iban asomando a medida que avanzábamos con el tuk tuk. Nuestra cabeza giraba de un lado a otro observando los edificios que iban apareciendo con los ojos abiertos.
El primer edificio imponente por el que pasamos fue el Théâtre Molière de Sète. Una sala de estilo italiano de las más bellas del sur de Francia que fue inaugurada en 1904.
¿Qué ver y visitar en Sète? Nuestra experiencia
Os dejamos algunos de los rincones que debes visitar en la ciudad de Sète y que pudimos visitar durante nuestra ruta gastronómica y cultural. Toma nota y prepara tu jornada con nuestras sugerencias.
Étang de Thau, el Estanque de Thau de Sète
El Estanque de Thau es el más grande de la región del Languedoc-Rosellón y ofrece una gran variedad de mariscos, mejillones y ostras, muy conocidas por su calidad. El 50% de las ostras de Francia se producen ahí.
El barrio de pescadores es rodeado por el estanque, una pequeña Barceloneta de casas pequeñas con mucha tradición e historia a sus espaldas. El número de pescadores se ha ido reducción con el paso del tiempo y algunas de las casitas están enfocadas en alojamientos turísticos. En la imagen de abajo podéis ver una serie de cabañas de madera donde los pescadores almacenan sus utensilios y, según nos cuentan, hacen pequeñas celebraciones.
En esa zona hay un restaurante llamado Le Passage (1 Quai du Mistral, Sète) que ofrece a buen precio ostras frescas y diferentes vinos de la región muy cerca del Puente Maréchal Foch. Si visitáis la zona de los pescadores os recomendamos hacer una parada para coger fuerzas en él.
El Mont Saint Clair de Sète
El Mont Saint Clair domina el horizonte con sus 176 m de altura ofreciendo una fantástica panorámica tanto del mar como del estanque de Thau, visible siempre desde el tren si vas a París, Montpellier, etc. En la cima que domina la montaña más alta de Sète hay una preciosa iglesia que se puede visitar con un mirador en la parte superior.
Uno puede visitarlo andado, pero nosotros llegamos rápidamente con nuestro tuk tuk. Hay diferentes sitios donde parar a diferentes alturas y contemplar las visitas, en una de ellas se puede ver el Cementerio Marino o Cimetière Marin. Nosotros tuvimos ocasión de ir hasta arriba del todo donde una cruz blanca domina el territorio.
Les Halles de Sète
El centro neurálgico de la villa es sin duda Les Halles de Sète. El mercado reúne a los locales como punto de encuentro, especialmente fines de semana, para disfrutar de las paradas de pescados y mariscos frescos que ofrecen el mejor producto para degustar in situ en el mercado. Hay algún que otro turista, pero no es La Boquería, es un lugar para el disfrute de la gente de Sète.
Hay diferentes espacios con mesas y sillas en el interior de Les Halles de Sète para comprar marisco al peso y disfrutar de una copa de vino entre amigos o familia. En alguno de los bares que ofrecen maridaje de vinos de la región. Así que ten paciencia y espera a ocupar una mesa, no tengas prisa.
Los precios son baratísimos y suele estar muy concurrido. Si no consigues mesa hay muchos bares y restaurantes que rodean el mercado de Les Halles de Sète que ofrecen la misma experiencia un poquito más cara. Vi ofertas de 9 euros 11 ostras y las copas de vino oscilan los 2-3 euros. Fantástica relación calidad-precio.
En el mercado también pudimos probar la tradicional Tielle de Sète, un plato típico del que hablaremos al final del artículo. Hay diferentes tamaños y precios, se puede tomar caliente o fría. Deliciosa.
Almuerzo en el restaurant The Marcel de Sète
- Nivel Yummy: ****/*****
- Precio: €€
- Dirección: 5 Rue Lazare Carnot, 34200 Sète
- Cómo llegar: Renfe SNCF desde Barcelona
- Teléfono: +33 4 67 74 20 89
De todos los restaurantes y oferta gastronómica de Sète tuve ocasión de almorzar en uno de los mejores y más representativos, el restaurant The Marcel.
Con más de 30 años a sus espaldas y con una clientela de lo más selecta que cuenta en su lista de comensales con Catherine Deneuve o Jane Birkin. Ofrece una propuesta de cocina del sur de Francia con ingredientes de proximidad y de temporada. Una increíble opción para probar los productos locales de Sète. Tienen también un local contiguo a modo de bar de tapeo con música en directo, entre sus opciones pudimos ver Jamón de Trevélez junto a Ostras, Mejillones o Almenjas del Estanque de Thau. ¡Sensacional!
A cargo de la propuesta gastronómica del restaurante está el Chef Fabien Fage, un cocinero con largo recorrido en las cocinas de otros espacios como el Prieuré, Relaix & Châteaux. Franck Gros, director del restaurant The Marcel, se encargó de recibirnos con una calurosa bienvenida.
El chef Fabien emplea lo mejor de los productos locales de Sète para elaborar un complejo menú repleto de platos fascinantes y elaboraciones complejas. Tuvimos ocasión de saludarlo brevemente.
Menú del Día en el Restaurant The Marcel
Para comer escogimos su menú del día que ofrece entrante, principal y postre. Aunque nuestro “menu du jour” comenzó con un pequeño aperitivo cortesía de la casa: Mini Tartaleta de Parmesano con Tomate confitado y Crujiente de Queso de Cabra con hierbas y virutas de tomate deshidratado.
El primer vino que maridó nuestro almuerzo en el restaurant The Marcel de Sète fue el vino blanco Bourgogne Aligote 2015 de la Bodega Domaine Maldant elaborado con uva Sauvignon Blanc.
El entrante único era una Muselina de merluza con trufa de verano rallada por encima, tuber aestivum, acompañado de pan negro crujiente con tinta de sepia. Un plato refrescante que ofrece la bienvenida de un menú mirando al mar.
El siguiente vino para el pescado fue otro blanco Chateu Puech-Haut Prestige 2017 de la Bodega Saint Drézéry elaborado con las uvas autóctonas del Ródano, Roussanne y Marsanne.
Para un servidor, principal de Bacalao “nacré” con duo de fondue de algas y almejas. Cocinado a la “nacré a coeur” significa que el producto (arroz, pescado, verduras, …) está cubierto con mantequilla y no demasiado cocido para darle un aspecto perlado. Las almejas tenían un toque de sabor a laurel, seguramente al haberlas hecho al vapor con él.
El vino tinto que maridó la carne fue el Crozes Hermitage “Les Jalets” de la Bodega Paul Jaboulet Ainé elaborado con uva Syrah del mejor Ródano.
Mi acompañante escogió el Solomillo de ternera asado con toque de sal, patata, remolacha y frambuesa en su jugo. Una mezcla de sabores cítricos, dulces y salados que se mezclan en boca. Carne cocinada al punto.
El postre era un Tatin de manzana, crujiente relleno de nata y crème brûlée bañado en caramelo de la pasión. Dulce, muy dulce.
Por último unos Petit Fours que se convertirían en el punto y final de nuestra experiencia en el restaurant The Marcel de Sète: Choux Café, Cake Cidron, Mendiand Noisettes y Pistache Praliné.
Qué comer en Sète: Continuamos la visita turística por Sète
Continuamos con otros lugares y rincones que disfrutamos durante la segunda parte de nuestra visita turística y gastronómica por Sète.
Plage des Quilles
Con el estómago lleno y con ganas de siesta nos fuimos con el tuk tuk a la “Plage des Quilles” en las afueras de la ciudad de Sète, a 10 min, para disfrutar de un cóctel en un restaurante chill out llamado La Ola. Lo regenta un hijo de padres españoles de origen cordobés nacido en Sète. No os podéis perder sus navajas, el propio The New York Times las inmortalizaba como las mejores del mundo.
El Faro de Sète
Nuestra siguiente parada fue el Faro de Sète, una construcción que ofrece una panorámica fantástica del puerto deportivo y de los canales de alrededor de Sète. Reconstruido en 1948 después de ser destruido por las bombas alemanas durante la segunda guerra mundial.
Sus escaleras en forma de caracol son preciosas y no aptas para aquellos que tengan vértigo, mi acompañante se lo tomó con calma para llegar hasta arriba.
En la imagen de abajo podéis ver las fantásticas vistas que tiene. Recomiendo visitarlo antes de las 18.00h, ya qué sino tendréis problemas de colas o estará cerrado.
Ruta en Barco por los canales de Sète y estanque Thau
Nuestro actividad final fue el tour en un bote turístico por los canales de Sète y estanque de Thau, es la mejor forma de poder disfrutar de manera relajada de todos los canales que dividen la ciudad de Sète.
El guía hablaba en francés, pero podéis solicitar audioguías en diferentes idiomas. Nosotros preferimos escuchar al guía para seguir aprendiendo francés.
Las Justas Náuticas de Sète
De camino a la Gare de Sète para coger el tren TGV de Renfe SNCF de vuelta a Barcelona nos topamos con una de las tradiciones locales más importantes, “las justas náuticas“, que se celebra desde 1666. En éstas barcas típicas se colocan 10 remeros, un oboe y un tambor tocando la música tradicional de “las justas de Sète“. Los participantes tienen una lanza un escudo para empujar y protegerse. El objetivo, obviamente, es no caer al agua y tirar al adversario. Durante el verano se suceden diferentes torneos, especialmente los fines de semana.
Azaïs-Polito, la conservera de Sète
Por último mencionaros que hay una conservera en Sète llamada Azaïs-Polito que no tuvimos ocasión de visitar por falta de tiempo pero que permite tours. Nosotros pudimos traernos varios de sus productos a Barcelona. Se puede visitar todos los martes y jueves de 11h a 12h. Uno de sus productos estrella es la Soupe de Poisson de Roche o Sopa de Pescado de Roca elaborada con un 52% de pescado que podéis ver en la imagen de abajo junto a la Rouille Sétoise ideal para elaborar sopas de pescados, veloutés o untar en tostadas.
Experiencia en Sète: Ruta, Les Halles y Restaurant The Marcel
Es curioso cómo a tan solo tres horas de Barcelona en TGV de Renfe SNCF tenemos una Venecia del Languedoc-Rosillón por descubrir. Una ciudad con mucha historia y folclore que te sorprenderá tanto como a nosotros.
Sète tiene todo lo que un turista puede desear, historia, cultura y gastronomía propia con suficiente personalidad y carácter para atraerte a ella. No es una ciudad para ricos como sus vecinas de la costa azul francesa, Sète es una ciudad para todos los bolsillos con precios más que aceptables en los restaurantes y principales atracciones turísticas.
The Marcel resultó ser un restaurante selecto con atención cercana y propuesta gastronómica fantástica que recomiendo sin dudarlo. Déjate asesorar por su mâitre o sumiller para escoger las mejores opciones de platos y vinos para maridar tu almuerzo o cena. Sensacional.
En definitiva, déjate seducir y visita la ciudad de Sète, ya sea en verano aprovechando sus playas o en invierno para conocer sus museos y lugares históricos con un buen vino de la región y menú degustación en cualquiera de sus restaurantes.
Un poco de Historia de la gastronomía de Sète y su influencia catalana e italiana
Una vez leída nuestra experiencia de ruta gastronómica por Sète, os ampliamos más información:
La gastronomía Sétoise o de Sète es muy rica y variada. Su cocina siempre mira al mar o a su estanque de Thau. Sabores mediterráneos, catalanes e italianos, se mezclan con la alta cocina francesa y los vinos de la región creando una propuesta muy interesante para conocer. Recetas con orígenes en especialidades culinarias de los pescadores que han experimentado una evolución constante debido a la inmigración que recibió a lo largo del tiempo.
Las primeras raíces de Sète se forjan en las más antiguas civilizaciones del Mediterráneo: cartagineses, griegos, fenicios… Por aquél entonces Sète era todavía una isla, posteriormente con las crecidas del Ródano se generó un estanque que unía la isla con un terreno firme de arena.
Sète nació a finales del siglo XVII cuando los primeros Sétois llegaron a la ciudad creada como punto y final del Canal du Midi, el propio rey sol de Francia Luis XVI impulsó un puerto para la región y Paul Riquet decidió que terminara ahí el canal creando una pequeña Venecia Francesa. La primera piedra de la ciudad se colocó en 1666, se construyó un puerto y se cavó un canal para conectar el estanque con el mar.
Los primeros habitantes de Sète vinieron de Cataluña, del norte de Provenza y Herault, importando sus tradiciones gastronómicas ofreciendo una fusión con las existentes. Los catalanes trajimos el pescado salado, las frutas y las verduras.
Durante la revolución francesa llegaron muchos inmigrantes italianos de Gaeta en el golfo de Nápoles, enriqueciendo aún más el recetario de Sète y ofreciendo nuevas técnicas de pesca y la cultura del macarrón y la cocina del sur de Italia.
Qué comer en Sète: Platos y Recetas típicas de la cocina Sétoise
Hay una gran variedad de platos y recetas de la gastronomía Sétoise. El gran número de restaurantes de Sète ofrecen todo tipo de menús tradicionales y con productos frescos para disfrutarlos. Os dejamos algunos de los platos y recetas más característicos que podréis encontrar:
Tielle de Sète
Sin duda el plato más popular de Sète es la Tielle de Sète. Un pastel de tamaño pequeño para una sola persona de un color naranja que contiene un relleno de pulpo, una picada de tomate con sabor a ajo y pimientos. Perfecto como primer plato con una ensalada, a modo de tapas o un simple capricho a media mañana. Un plato con acento italiano, de Gaeta cerca de Nápoles, y elaborado en sus orígenes por pescadores aprovechando los restos de la pesca no vendidos a modo de pizza.
Posteriormente durante el dominio español en el siglo XVII se inspiraron en en el método de los españoles de cubrir la pizza con masa para evitar que el relleno se secara. Su nombre, Tielle, viene del italiano “teglia” un tipo de horneado de pastel en un pato de barro, así quedó bautizado con la llegada de los italianos en el siglo XVIII. Aunque se elabora con pulpo también preparar con calamar, sepias o sardinas. Se puede comer frío o caliente y es común verlo en Picnics. Tal vez lo compararía con nuestra empanada gallega.
La Bourride de Sète
Continuamos con La Bourride de Sète, un ragú elaborado con pescados blancos de origen antiguo, su nombre procede del provenzal boulido (hervido). El ingrediente principal es el baudroie o rape, una serie de verduras y alioli. Se cuece el pescado en un caldo con verduras (tomate triturado, cebolla, vino blanco, cortezas de naranja, tomillo y azafrán). Se corta el rape cocido y se sirve cubierto con el caldo de alioli con mucho ajo.
Macaronade
El Macaronade es otro plato típico de la ciudad de Sète 100% importando de los inmigrantes napolitanos del siglo XVIII, un “plato pobre” que se preparaba con los restos de carne y pescado y se cocinaba con pasta. Un plato familiar que forma parte de la gastronomía y cultura de Sète. La Macaronade es un asunto serio en la ciudad, hay incluso un concurso popular para conocer cada año cuál es la mejor elaboración. A la pasta se le acompaña de brageoles, un rollo de carné envuelto sobre sí mismo con guarnición de tocino mantecoso y hierbas que se cuecen a fuego muy lento con salsa de tomate hasta que se derrite todo. La salsa de tomate es la clave de este plato. Los brageoles de por sí son también deliciosos y se pueden comer si necesidad de preparar la Macaronade.
Calamar relleno de Sète
Calamar relleno de Sète, otra especialidad importada por los italianos y un plato muy típico durante las comidas de domingos en la ciudad. Unos calamares rellenos acompañados de salsa de tomate elaborado a fuego lento que pueden acompañar espagueti o arroz blanco, e incluso se pueden añadir a la famosa Macaronade. En la imagen de abajo podéis ver al lado de los calamares su plato de Mejillones del Estanque de Thau, también una delicia.
Zézettes de Sète
Ahora hablamos de las conocidas y turísticas Zézettes de Sète, unas galletas aromáticas y deliciosas típicas de esta ciudad del Languedoc-Rosellon importadas también de Italia. Unas galletas del tipo sablé elaboradas con aceite en lugar de mantequilla. La forma de encontrarlas hoy en día es en forma de colín o bastoncillo ligeramente crujientes, azucaras y fáciles de elaborar en casa. Hay muchas variaciones en la receta, algunos las elaboran con vino blanco, otros vino rosado o moscatel. Otros emplean agua de azahar o esencia de vainilla. Pero todos llevan siempre harina y aceite. Probablemente una de las pocas galletas francesas sin mantequilla.
Ostras Bouzigues y Mariscos de Sète
Centrándonos en los productos de Sète y no en sus recetas, no podemos olvidar mencionar a los Mejillones y Moluscos de la albufera del estanque de Thau con más de 7500 hectáreas comunicadas con el Mediterráneo a través de diferentes canales. Es perfecto para cultivar ostras, mejillones, almejas, coquización, erizos, bígamos, etc.
Las Ostras de Bouzigues tienen origen en la conquilicultura que nació en Sète en 1875. Casi la mitad de la producción de ostras francesas proceden de Thau y la variedad hueca autóctona se le llama “ostra de Bouzigues“. Son una delicia para el paladar con un sabor fresco a todo con ligera nota de avellana. Se consume cruda por lo general, pero también se puede gratinar, elaborar con mantequilla de ajo o una salsa de chalota y vino blanco. Tardan 12 meses en tener el tamaño adecuado.
Aparte de ostras, también son famosos las almejas y coquinas, erizo de mar, el buñuelo de mar o biju o las cañadillas (escargot de mer).
Espero que hayáis disfrutado de este artículo y experiencia gastronómica en Sète. Si has llegado hasta el final del artículo es que te ha parecido interesante así que te recomiendo planificar tu viaje y si tienes alguna consulta, no dudes en enviarnos un email. ¡¡Viva Sète!!
Yummy Barcelona es un Blog de Gastronomía de Barcelona. En esta ocasión os hemos presentado una experiencia gastronómica y cultural en la ciudad francesa de Sète con almuerzo en el restaurant The Marcel.
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