MontRubí

MontRubí, Hotel Boutique, Restaurante y Bodega. Escapada de fin de semana a la finca de MontRubí y Menú Degustación con maridaje de vinos y visita a Bodega

• Nivel Yummy: ***** / *****
• Precio: €€
• Dirección: L’Avellà 08736, Barcelona
• Cómo Llegar: En Coche o Renfe Vilafranca del Penedés + Taxi
• Servicio: En restaurante

Vinos, gastronomía y alojamiento: estos tres pilares conforman el proyecto de MontRubí, vuestra próxima escapada de fin de semana. En un entorno inmejorable del Alt Penedès, y entre un extenso viñedo situado en la localidad de L’Avellà, la bodega, restaurante y hotel MontRubí ofrece una experiencia sublime ¡Arrancamos!

Pude visitarles recientemente, un proyecto 100% ecológico que han elaborado con cariño y respeto por la naturaleza. Hasta sus vinos son veganos, lo que uno aprende y descubre. Me quedé con la boca abierta cuando vi la piscina infinita y su edificio reformado, rodeados de una extensa finca de viñas con colores amarillos y ocres otoñales.

Las 30 hectáreas de viñedos de MontRubí están situadas en una zona montañosa entre los 400 y los 800 m.s.n.m., en la sierra prelitoral de Cataluña, bajo un clima mediterráneo con influencia continental, en su finca de más de 100 hectáreas. Todo repleto de caminos para pasear y hacer senderismo.

El edificio emblemático conocido como “El Chalet” de MontRubí data del 1902, pero no fue hasta 1984 cuando la familia propietaria fundó una bodega que todavía hoy perdura. El edificio está protegido por la Generalitat de Catalunya como monumento histórico.

Al ser edifico histórico, la obra que hicieron para su renovación y convertirlo en parte del complejo MontRubí ha sido hecha con mucho mimo para su conservación. Todo gira en torno al edificio y no a la inversa.

Casa Gran 1771, el Hotel Boutique de MontRubí

El alojamiento o habitaciones se encuentran cerquita, en Casa Gran 1771, el Boutique Winery Hotel de MontRubí. Un edificio inaugurado este año después de otra importante renovación.

Como es evidente por su nombre, data del año 1771 y en ella se puede encontrar una vieja (pero vieja-vieja) prensa de vinos. En la imagen de abajo podéis ver el lobby del hotel con los techos altos, vigas de madera, y paredes de piedra recuperada.

Nosotros nos alojamos en su habitación Corner with charm. Una habitación exterior de 22m2 con suelos de roble macizo y techos de gran altura con vigas de madera natural. En la imagen la puedes ver, te aseguro que en persona es incluso más espectacular. Me encanta como la madera combina con los azulejos verdes.

Esta habitación tan acogedora dispone de zona de sofás, baño con ducha efecto lluvia y Amenities MontRubí ecológicos elaborados con productos de origen natural como la uva, el aceite de oliva y la rosa mosqueta (terminé comprando el último mencionado).

Han cuidado hasta el último detalle. El mobiliario, la reforma, las toallas…. allá donde miraba, podía ver toda la atención, cuidado y el “no reparamos en gastos” para tener el mejor Hotel Boutique posible.

Sin duda, su espacio Wine Bar fue uno de los que más me gustó por su dichosa y espetacular piscina infinita que parece que siempre haya estado ahí. El Wine Bar mira a las viñas, un espacio pensado para degustar los vinos de MontRubí y su gastronomía a través de su propuesta de catas, maridajes y platillos. También es donde se suele desayunar, aunque nosotros lo hicimos en el interior.

Historia de MontRubí y la familia Peris

La historia de MontRubí viene de lejos. A finales del siglo XVIII se fundó la bodega en L’Avellà como cooperativa del pueblo, donde se elaboraban vinos y aceites que se exportaban a Cuba. Durante el siglo XX la bodega del Avellà permanece abandonada durante décadas, pero las viñas siguen siendo trabajadas por históricos aparceros.

En el año 1984 la familia Peris reconoce el alto valor histórico de la pequeña bodega y el potencial del territorio de L’Avellà y funda la bodega MontRubí, donde se comienza elaborando cava. En 1986 se decide apostar por un joven enólogo, Josep Queralt, quien hoy en día sigue siendo el encargado de elaborar nuestros vinos, después de más de 30 años.

En el año 2000, tras años de elaborar cava y de presenciar cómo el sector atravesaba una batalla feroz de precios, la familia decide cambiar el rumbo y se emprende el Proyecto Gaintus. Esta apuesta consistió en la recuperación de la variedad Sumoll y sentó una base sólida de la filosofía de MontRubí. Lanzando al mercado en el año 2001 el primer monovarietal del mundo 100% Sumoll: Gaintus.

En 2018 arranca la reforma y ampliación de la bodega incorporando la última última tecnología del sector de vino y construyendo una nueva sala de crianza. En el 2020 se inaugura El Chalet del año 1902 de patrimonio histórico y cultural con restaurante propio, Wine Bar, salones para eventos y diferentes espacios al aire libre. Y su última inauguración, Casa Gran 1771. El hotel boutique de MontRubí con 10 habitaciones, gimnasio, salón con chimenea, bar y piscina.

Visita a la Bodega MontRubí, contigo empezó todo 

Durante nuestra visita a la bodega MontRubí pudimos aprender sobre su terroir a pie de viña y nos guiaron por su proyecto durante una visita singular. Primero de todo visitamos su “pajar”, un edificio adaptado para la pansificación de la uva con la que elaboran su delicioso vino dulce. Alex, del equipo de MontRubí, nos explico de manera atenta todo el proceso.

Luego visitamos la bodega principal con el sumiller de MontRubí, Oriol, donde elaboran el resto de sus vinos. Cabe destacar la labor que lleva haciendo MontRubí para la recuperación de la uva de la variedad Sumoll, autóctona de la región. Una uva difícil de trabajar, pero gracias a los 37 años de experiencia de la bodega y a su enólogo Josep Queralt, han elaborado unos vinos fabulosos.

Los vinos de MontRubí buscan las raíces, la singularidad y el valor de la viticultura tradicional. Por ello, creen firmemente que las variedades autóctonas son las más adecuadas para expresar el carácter e identidad de su tierra y su cultura. Las variedades de sus blancos son Xarel·lo, Macabeu y Parellada y las de sus tintos y rosados son Garnacha, Cariñena y Sumoll.

Los vinos de MontRubí se elaboran respetando la tradición de sus ancestros y la innovación de nuestros días, utilizando diferentes técnicas en función del vino a elaborar y con el objetivo de que cada uno de ellos tenga su personalidad propia y sea un reflejo genuino de la uva de la cual procede y de su entorno. La crianza de sus vinos se lleva a cabo en barricas de roble francés, huevos de cemento y ánforas de arcilla artesanales.

Paseo y Senderismo por el entorno de MontRubí

Una vez visitada la bodega, fuimos a dar un paseo para disfrutar de la “golden hour”, ese momento del día en el que al sol le queda nada y menos para desaparecer y crear un ambiente idílico. El paseo duró cerca de una hora, visitamos una antigua ermita y pudimos pasear por los viñedos de la finca MontRubí. Nos acompañó Alex explicando todas las curiosidades de la finca, compartiendo su pasión por el enoturismo.

Su finca de 100 hectáreas se ubica en el Valle de L’Avellà, un paraje idílico en el Alt Penedès, donde sus 40 hectáreas de viñas, dispuestas en 35 parcelas, se encuentran rodeadas de bosque de pino mediterráneo, encinas, olivos y robles. De sus viñas, vendimian únicamente uva certificada ecológica de variedades autóctonas de la zona. Llevan años cuidando de su finca para tener un patrimonio natural que todo el mundo quiera venir a disfrutar.

Uno de los enclaves más importantes de MontRubí son los restos de la Ermita de Sant Andreu de L’Avellà, del S.XI, que deciden recuperar junto a los arqueólogos de Arqueovitis, desde ese punto, se puede visualizar toda la finca en 360º. En MontRubí apuestan por una forma de trabajar el campo que sea fiel a como lo hacían sus ancestros. Entendiendo el ecosistema del viñedo y respetándolo, así consiguen unos vinos que dan a MontRubí su carácter único.

Menú Degustación con maridaje de vinos del restaurante MontRubí en El Chalet

Lo primero que vi de MontRubí cuando llegue en coche fue su precioso edificio, pero dentro guardaba un secreto aún más sorprendente, su restaurante y sus increibles vistas.

El restaurante MontRubí es un espacio fantástico para disfrutar de la mejor gastronomía, con un interiorismo muy cuidado con unos grandes ventanales que dan a las viñas y a la piscina infinita.

Un espacio elegante enmarcado en un edificio histórico, con salón, privados y terraza, donde disfrutar de una propuesta contemporánea de cocina de mercado, llena de sabor y en homenaje al producto de temporada. Todos sus productos nacen en su huerto y de los mejores pequeños productores, ganaderos y agricultores del Penedès.

En MontRubí lo más importante son sus vinos, es por ello que su equipo de cocina y sala ha seleccionado los mejores maridajes. Ellos serán los encargados de que disfrutemos de su bodega en una experiencia eno-gastronómica cuidada al máximo detalle.

Fuimos los primeros en llegar y en escoger mesa, nos sentamos y esperamos a comenzar su fantástico Menú Degustación MontRubí, que varía según temporada y producto de mercado. Os dejamos el ejemplo de menú degustación que disfrutamos nosotros:

Nuestro Menú Degustación con Maridaje de Vinos de MontRubí

Nos sentamos a la mesa, primer vino del maridaje: Durona blanco 2019, D.O. Penedès de Bodega MontRubí.  Elaborado con Parellada, una variedad que acostumbramos a ver habitualmente en los ‘coupages’ de los cavas catalanes. En esta ocasión hablamos de un blanco tranquilo, sin burbujas, en el que nos podremos encontrar una nariz elegante con ligeros toques de sotobosque y algo florales. De gran recorrido y agradable contraste mineral.

Aperitivo de Rillettes de dos salmones distintos con cocas caseras con romero, aceite de oliva de la finca MontRubí y sal. La rillette, conocida más comúnmente por su plural les rillettes, es un plato de charcutería francés típico de Le Mans, consistente en una especie de paté blando y hebroso.

Aceite de Oliva de la Finca MontRubí y Pan de cereales. También aprovechan sus uvas de la variedad sumoll para hacer el vinagre.

Segundo vino, One Night’s Rosé 2020 D.O. Penedès de Bodega MontRubí. Elaborado con las variedades de Sumoll, Garnacha y Xarel·lo. Vino rosado de color coral, con notas delicadas de pétalos de rosa, pomelo y flor de acacia. Al paladar es suave con una acidez refrescante y notas salinas. Crianza en huevos de hormigón.

Crema de castañas, apta para la gente intolerante a la lactosa, reducción de vino dulce sumoll, calamar y butifarra negra por encima. Al principio pensábamos que sería salada, pero resultó que tenía un ligero sabor dulce y potente a castaña. Los toques salados vendrían por el calamar y la butifarra negra a modo de toppings por encima.

Tercer vino, un blanco Serres Velles 100% Macabeo, D.O. Penedès de Bodega MontRubí. El vino se elabora con una rigurosa selección de uvas en dos etapas: una vendimia temprana y una segunda vendimia tardía. La primera proporcionará frescor al vino y la segunda una mayor estructura y complejidad al mismo, buscando el equilibrio adecuado. Breve maceración en contacto con las pieles. La fermentación se inicia en acero inoxidable y la maduración continua durante 4 meses en barricas de roble francés de 500 litros. Posterior afinamiento en ánforas de arcilla artesanales durante un mes. Este vino lo compré antes de irme, impresionante.

Trinxat de la Cerdanya. Col y patata y por encima vieira marcada, aceite ahumado, sal gruesa y aceite de oliva de la finca. Un plato catalán que seguro hará las delicias de los turistas extranjeros, y de los que vivimos en Cataluña.

Cuarto vino, Gaintus Radical 100% Sumoll, D.O. Penedès de Bodega MontRubí. Vendimia manual selectiva, maceración pelicular pre-fermentativa en frio. Extracción mediante «pigeage» manual de los hollejos, delicado prensado y posterior crianza sobre lías en barricas de roble francés de 300 litros durante 4 meses.

Calamar de potera frito con rebozado de especias japonesas. Mezcla de pimiento rojo, pimiento verde, yuzu y jengibre. Ligero toque picante. Puré de boniato y alioli negro con su tinta. Un plato fusión muy interesante que volveríamos a probar en un futuro próximo.

Gallo del Penedés IGP. Muy característico de la zona, asado con la salsa arrop elaborado con el mosto de la uva. Una salsita salada con pasas que le dan un toque dulce. El producto amparado por la IGP «Gall del Penedès» se caracteriza por su calidad gustativa, el color rojizo de las canales y una carne y unos músculos firmes y jugosos. Se trata de un ave de crecimiento lento, muy rústica, con buena vitalidad, de tipología corporal mediterránea, ligera y de producción de carne pesada. Resistente al calor y al frío mediterráneo. El «Gall del Penedès» se cría en gallineros que disponen de acceso al exterior durante todo el año y se caracteriza por incluir pepita de uva (semilla de uva) en su dieta. La edad mínima de sacrificio del pollo «Gall del Penedès» es de 98 días.

Último vino del maridaje, un vino dulce Advent 2010 D.O. Penedès 100% Xarel·lo, Bodega MontRubí. Cosecha selectiva de los mejores racimos de Xarel·lo de viñas viejas plantadas en 1977. Los racimos se trasladan manualmente a un antiguo pajar donde permanecen colgados durante 120 días en donde se “pasifican” por deshidratación y ventilación natural, hasta asumir el nivel de concentración deseado. Posterior crianza en barricas de roble francés durante 9 meses.

Primer postre, Texturas de limón. Bizcocho de limón, confitura de lima-limón hecha en casa, crema de limón, fresa del huerto, mora y salsita elaborado con el fruto de la rosa mosqueta.

Final del menú y último postre, Serres Velles. Un postre que representa el paisaje otoñal que nos rodea. Cremoso de castañas por debajo, pasta estilo filo que representa los pinos que envuelven la finca MontRubí, cacao en polvo y caramelizar camagrocs (rebozuelos) y marrón glacé. Fresitas del huerto para acompañar.

Agradecer a la jefa de sala del restaurante del Hotel MontRubí, Marta, por su explicación, trato y detalle de cada uno de los platos. Imagen del restaurante MontRubí después de cenar, a plena noche también luce increíble.

Desayuno en el Hotel MontRubí

Pasamos una noche fantástica en nuestra habitación. El desayuno MontRubí que inauguró nuestro día lo celebramos en un espacio de “El Chalet” llamado “Las Caballerizas”, ya os podéis hacer una ligera idea de que era antiguamente.

Su desayuno lo conforman diferentes opciones, entre ellas una selección de cafés e infusiones; Zumo de naranja natural; otros zumos embotellados de manzana, piña o melocotón; Cacacolat; Pan tostado con terrina de mantequilla y mermelada casera; Bollería artesanal; Tabla de embutidos y quesos; y Pan con tomate y aceite de la finca.

Después de desayunar fuimos a dar otro paseo por la finca, hasta llegar al bosque donde pudimos oler romero, ver bellotas y disfrutar de su fauna y flora. Otro de los reclamos que tiene MontRubi, su naturaleza.

Almuerzo en el restaurante del Hotel MontRubí: Carta y Precios

Nuestra última experiencia en MontRubí fue el almuerzo. Escogimos una pequeña mesa para dos personas al lado de la ventana, el sol entraba radiante y nos acompañó durante todo el almuerzo. Escogimos, por suerte, un fin de semana para visitar MontRubí donde no había ni una nube en el cielo (y eso que decían que iba a llover).

Os dejamos la carta del restaurante MontRubí, así como sus experiencias de visita + cata, visita + cata + picote, etc.

Nuestra última comida en MontRubí

Después de un largo paseo a través de la fría mañana de noviembre nos apetecía algo calentito, Estofado de patata con pimentón de la vera y hortalizas del huerto de MontRubí, detrás del viñedo, con Ceps a la brasa y aceite de trufa. Sencillamente brutal, un plato humilde, sencillo y de cuchara. Este plato estaba fuera de carta y me alegra el haberlo conocido.

Continuamos con otro plato que pudimos disfrutar el día antes en el Menú Degustación de MontRubí, Calamar frito con rebozado de especias japonesas. Mezcla de pimiento rojo, pimiento verde, yuzu y jengibre. Ligero toque picante. Puré de boniato y alioli negro con su tinta. Nos encantó tanto que no pudimos resistirnos a volver a probarlo. En este ocasión con un tamaño mayor, ya que no formaba parte de un menú degustación largo.

Por último el postre, Biscuit. Chocolate, crema de castaña y vino rancio. Mousse de chocolate con pan, aceite de oliva y sal; y frutas del bosque. Punto y final a la parte gastronómica de MontRubí.

Café y para casa. Pero antes tuve ocasión de conocer a la jefa de cocina del restaurante, Balbina Garcia Ricart, con una amplia experiencia. En realidad son dos cocineros a cargo de la propuesta del hotel, pero uno de ellos estaba de baja. La chef Balbina tuvo su propio restaurante durante años en Corbera de Llobregat. En 2010 ingresa en el grupo de cocineros slow food del que sigue formando parte. Gracias por querer aparecer en el artículo.

Experiencia en el Hotel, Bodega y Restaurant MontRubí

MontRubí me sorprendió, un todo en uno como se  suele decir. Su bodega y vinos me parecieron excelentes, compramos algunos de ellos para disfrutarlos con la familia. Su restaurante me pareció increíble, un reclamo perfecto para que la gente conozca sus vinos y su finca.

El hotel boutique MontRubí fue la guinda a una escapada de fin de semana fantástica. Hice tantas fotos durante mi visita a MontRubí, que he tardado más en escoger que imágenes emplear para el artículo que en escribirlo.

El trato de todo el equipo de MontRubí fue muy cercano y atento. Celina, Oriol, Alex y Marta, entre otros, nos acogieron como parte de su familia para que nuestra estancia y experiencia fuera perfecta.

Recomiendo visitar MontRubí en el mismo formato que pude disfrutar: estancia en el Hotel Boutique MontRubí, Menú Degustación en su restaurante, y visita a la bodega. Pero cualquier otra opción es también buena idea.

Escápate a probar sus vinos y visitar la bodega y finca; celebrar alguna comida o reunión familiar; o fin de semana romántico en su cuidado hotel.

Terminé sencillamente encantado con el proyecto de recuperación de MontRubí. Les aplaudo y felicito por haber creado algo mágico en un lugar donde la naturaleza es lo primero y MontRubí su mero espectador. Una recomendación perfecta para nuestra sección de Cataluña Gastronómica ¡Super Yummy!