Llamber Restaurante

Restaurante Llamber Barcelona, cocina fusión asturiana y mediterránea en el Born

• Nivel Yummy:  **** / *****
• Precio:  €€
• Dirección: Carrer de la Fusina, 5
• Cómo llegar: Metro L1 Arc de Triomf
• Teléfono: 933 19 62 50

Hace unas semanas tuve ocasión de comer en el restaurante Llamber. Su nombre proviene del idioma asturleonés. Tiene diferentes acepciones, por un lado significa “pasar la lengua por algo o alguien”, “picar algo entre horas y de continuo” “comer algo saboreándolo con la lengua y el paladar y “saborear algo dulce”. Cualquiera de estos significados combina a la perfección con el concepto de la taberna gastronómica Llamber.

A cargo de la propuesta gastronómica se encuentra el Chef Fran Heras, nacido en Asturias. Llamber se forjó en la ciudad de Avilés de la mano de su chef y la catalana Eva Arbonés, creando una propuesta de cocina tradicional asturiana en un gran restaurante gastronómico. El chef ha trabajado en reconocidas cocinas catalanas como El Bulli, Freixa o Ángel Palacios.

El objetivo de Llamber es ofrecer una carta para compartir y experimentar la combinación del mejor producto de temporada y cercanía con las recetas asturianas y mediterráneas elaboradas con creatividad. Muchos de los platos de su menú forman parte de la denominada “Slow Food”.

Carta y Menú del restaurante Llamber: Precios y Platos

Entre los platos más característicos de la fusión asturiano-catalana del restaurante Llamber, nos podemos encontrar las “Patatinas” al cabrales con praliné de avellana; Arroz Venere con mini verduras y emulsión de aguacate y cilantro, así como el Pulpo asado con milhojas de patata y original Morcilla con chipirones y el jugo asado de su tinta; Rape glaseado en su jugo con tartar de tomate y ; Dados de solomillo de vaca vieja al cabrales o el Secreto ibérico confitado, buñuelos de boniato y mini zanahoras con ras el hanout; entre otros.

Ofrecen un menú semanal de medio día con una fantástica relación calidad-precio mediante un formato de cuatro tapas saladas y una dulce por un precio de 16,50 €.

Almuerzo en Llamber, taberna gastronómica

Para comenzar una refrescante Ensalada de Quinoa negra y algas de Porto Muiños, con Miso y caviar de sésamo. Llevaba Quinoa en diferentes estados de germinación. Una de ellas parecía lentejas de un color anaranjado pero era Quinoa. También cebolla encurtida de un color violeta. Impresionante el sabor del Miso con la Quinoa, una buena forma de emplearlo. Esferificaciones de aceite de sésamo a modo de caviar. Alcachofas KM 0.

Continuamos con unas Patatitas bravas bravísimas. Media ración con salsa chipotle dentro y por encima salsa alioli de ajo negro. ¡Madre mía como picaban! Éstas si que eran unas auténticas patatas bravas y no lo que últimamente me he ido encontrando.

Continuamos con otras menos bravísimas, unas Patatitas al cabrales con praliné de avellanas. También media ración. Una explosión de sabores sensacionales que creaban una experiencia increíble. El queso de cabrales y el praliné de avellana combinaban sorprendentemente bien. 

Mi acompañante pidió como principal el Arroz venere con mini verduras y una emulsión de aguacate y cilantro. En lugar de mini verduritas, nos sirvieron alcachofas de temporada en dos tipos de cocción. Texturas de alcachofa. Un plato perfecto para vegetarianos como era el caso. 

En mi caso una estupenda Fabada Asturiana con Denominación de Origen Protegida DOP. En Llamber no podía faltar todo un clásico de la gastronomía asturiana, una fabada que ha sido galardonada con diferentes premiso y reconocimientos. Siendo considerada una de las 20 mejores de España. Todo un homenaje a Asturias que se puede disfrutar en Barcelona.

Para terminar una Espuma de chocolate blanco con texturas de pistacho y helado de leche de cabra. Dulce y refrescante para un día con temperaturas altas. 

Y un Arroz con leche asturiano. Un postre típico y riquísimo que nos pidió el cuerpo probar también.

Experiencia en el restaurante Llamber

Disfrutamos como niños en un restaurante con una atmósfera agradable y discernida. Me gustó su decoración basada en maderas de aspecto natural, acero y ladrillos. Un ambiente acogedor e íntimo en el comedor perfecto para ir en pareja. Me quedé con ganas de realizar un vermut o tapeo en su zona más informal de mesas altas y barra en la entrada. No tardaré en volver a visitarlo.

Conocer una propuesta catalana pero con toques asturianos del restaurante Llamber me pareció muy atractivo.  Los platos llegaron puntuales uno detrás de otro. La mâitre estaba al tanto de todo para retirar los platos y continuar sirviendo los siguientes. Mi fabada asturiana me enamoró, sus patatas bravas son auténticamente bravas y sus opciones vegetales satisficieron a mi acompañante vegano. ¡Me encantó!